Garikoitz Mendizabal y Euskadiko Orkestra se fusionan en ‘Gutizia’
El txistulari Garikoitz Mendizabal y Euskadiko Orkestra se alían para grabar un disco de ocho obras escritas para txistu y orquesta por autores de diversos orígenes. Su objetivo es aumentar el repertorio de este instrumento y conseguir con ello una mayor difusión internacional.
Dos mundos que a priori llevan caminos distintos se encuentran en un momento dado y obtienen como resultado Gutizia, una especie de delicatessen que vincula de manera natural un instrumento de gran arraigo en la cultura vasca como es el txistu y una orquesta sinfónica. Es en lo que están trabajando Garikoitz Mendizabal y Euskadiko Orkestra estos días en Miramon para dar registro discográfico y posterior proyección a un compendio de obras escritas para txistu y orquesta. Su objetivo es, en palabras de uno de los defensores de este instrumento, Garikoitz Mendizabal, “aumentar su literatura para que el txistu pueda tener de manera natural una proyección internacional a través de las orquestas en todo el mundo”.
La grabación comprende un total de ocho obras escritas o versionadas por autores de diversos orígenes, lo que hace de esta colección de música un viaje en sí mismo. Para la mayoría de ellas este supone su estreno y van acompañadas de historias y motivaciones diferentes: un homenaje a Kenia (Karibu Peponi); una muestra de las emociones que experimenta el ser humano a lo largo de la vida (Leyenda); la reivindicación de un instrumento —el txistu— que compite por igual con una orquesta (Symphony-Concerto); o la del compositor libanés Naji Hakim, que se inspira en las melodías vascas para introducir el txistu como instrumento solista en la forma clásica de un concierto de tres movimientos (Concierto para txistu y orquesta).
Intervinientes en el proyecto
El director asociado de Euskadiko Orkestra, Jaume Santonja, se encargará de la dirección musical de Gutizia. Además de Garikoitz Mendizabal, la orquesta y los compositores, se incorporan a este proyecto la soprano Naroa Intxausti, el coro de niñas/os del Conservatorio Francisco Escudero que dirige Eva Ugalde, Iñaki Tellería y Marc Blanes en la producción y el sonido.
El sello internacional Orpheus Classical se ocupará del registro de este proyecto musical que será editado en formato CD, estará disponible en Spotify y iTunes, y tiene previsto su lanzamiento para después de verano.
Garikoitz Mendizabal (Zestoa, 1973) constituye un icono en la interpretación, la defensa y el impulso del txistu. En los últimos años ha desarrollado un importante trabajo en colaboración con autores contemporáneos en aras de obtener nuevos repertorios. Puede decirse que Gutizia es el resultado de todo ello. En sus palabras: “Es innegable que en la medida en que la música es nueva, aumenta y enriquece sin duda la literatura para txistu y orquesta. Y ese ha sido, durante todos estos años mi deseo: dejar un legado para las generaciones posteriores. No solo músicos vascos, también extranjeros han escrito para este instrumento que es tan nuestro. Me gustaría dejar a txistularis del futuro más posibilidades y más material para tocar acompañados de una gran orquesta. De igual manera que se está haciendo con algunos instrumentos no muy habituales (acordeón, guitarra, etc.) en el universo de la orquesta, el txistu también tendrá, con naturalidad, más posibilidades de actuar con una orquesta sinfónica, tanto en el País Vasco como en el extranjero. Estoy convencido de que puede ser un instrumento y un recurso inmejorable en el proceso de expansión internacional de la cultura vasca, ya que he podido confirmar la reacción emocionante que suelen tener las/os oyentes al escuchar nuestro txistu con el acompañamiento de una orquesta. Simplemente pongo en vuestras manos mi tiempo, mis ganas y mi ilusión”.
Para Euskadiko Orkestra este maridaje entre dos mundos supone dar continuidad a su vocación de promover y difundir la cultura vasca, en esta ocasión a través de un instrumento de gran arraigo y tradición, con el que también hizo la primera incursión en el año 2002 de la mano del Concierto para txistu y orquesta de Tomás Aragüés Bernard y Joxe Ignazio Ansorena de solista. Este ejemplo se suma a otros anteriores como los realizados con la txalaparta (Oreka Tx / Kalakan), la gaita (Gaiteros de Elciego) y la trikitixa (Kepa Junkera).
Ficha técnica
Obras por orden de grabación:
- Leyenda....................................................... Eduardo Moreno [17’]
- Concierto para txistu y orquesta.................. Naji Hakim [12’]
- Hora stacatto............................................... Grigoras Dinicus (Orquestación: Iñaki Urkizu) [2’]
- Iruten ari nuzu.............................................. Popular (Orquestación: Kepa de Miguel) [4’]
- Atzo ttun ttun................................................ Popular (Orquestación: Kepa de Miguel) [4’]
- Karibu Peponi.............................................. Javier Martinez Campos [10’]
- Symphony-Concerto.................................... David Johnstone [27’]
- Fandango Zaharra....................................... Desconocido (Orquestación: Pierre Wekstein) [4’]
Participan:
- Garikoitz Mendizabal, txistulari.
- Euskadiko Orkestra.
- Naroa Intxausti, soprano.
- Coro de niñas/os del Conservatorio Francisco Escudero. Directora: Eva Ugalde.
- Jaume Santonja, director de orquesta.
- Iñaki Telleria y Marc Blanes, producción y sonido.
Notas sobre algunas de las obras que componen Gutizia
Leyenda (Eduardo Moreno)
A todas luces esta partitura es un intento de mostrar las emociones que experimenta el ser humano a lo largo de la vida. El portavoz de transmitirlas no es sino un pequeño ser como cualquiera de nosotras/os o, mejor dicho, un humilde instrumento: el txistu.
A él le arrebatamos su lenguaje, su forma de decir las cosas, le quitamos su personalidad sacándolo de su contexto y le damos la oportunidad de mostrarnos los sentimientos que experimenta cualquier persona: la alegría, el amor, el dolor, la lucha, y… ¿por qué no? la desesperación.
Leyenda narra una historia, pero también despoja al txistu de todos los artificios que ha creado la tradición, para que pueda mostrar con su sonido las más profundas vivencias que todos los seres humanos llevan largos siglos sintiendo.
Concierto para txistu y orquesta (Naji Hakim)
Se trata de un concierto basado en una forma clásica de tres movimientos. El compositor libanés Naji Hakim ha tomado como fuente de inspiración los géneros y melodías vascos. En el primer movimiento cuenta con una mazurca y un minueto bailable, el segundo hace referencia a la marcha fúnebre Gernika de Pablo Sorozábal y el tercero y último a la danza.
Hora Staccato (Grigoras Dinicus, orquestación de Iñaki Urkizu)
Obra conocida y virtuosa. Por primera vez se presenta para txistu y orquesta.
Iruten ari nuzu / Atzo Ttun ttun (Popular, orquestación de Kepa de Miguel)
Conocidas canciones vascas de autor desconocido, con orquestación de Kepa de Miguel Garbizu. Para Garikoitz Mendizabal supone una vuelta a su época de alumno de conservatorio tras 25 años, un ejercicio de nostalgia y recuerdos. Para ello, ha encargado la orquestación a quien fuera su querido profesor. Amaia Zipitria (con quien realizó sus estudios como acompañante al piano) y la soprano Naroa Intxausti participarán en esta obra que Mendizabal vive como “un emocionante cierre de ciclo”.
Karibu Peponi (Javier Martínez Campos)
Karibu Peponi es una obra compuesta en 2021 para txistu solista y orquesta sinfónica, escrita por encargo de Garikoitz Mendizabal, a quien va dedicada por la amistad y las diversas experiencias y colaboraciones profesionales que unen al compositor y al txistulari.
La pieza es un pequeño homenaje a Kenia, a su gente, su flora y su fauna, y de ahí que el título esté en suajili: ‘Karibu Peponi’, que traducido al castellano significa ’Bienvenidos al paraíso’. Cuando Martínez Campos estuvo en dicho país en el año 2019, conoció a un guerrero de una tribu de Samburu que solía improvisar con una flauta de tres agujeros, instrumento que, inevitablemente, le recordó al txistu, por lo que le pareció adecuado que en este homenaje desempeñase el rol protagonista.
Musicalmente, la obra utiliza el ritmo africano Makru, y está construida a partir de dos temas que se desarrollan a través de variaciones rítmicas, armónicas y melódicas en un constante diálogo entre solista y orquesta, dando como resultado una composición de gran exigencia técnica y expresiva para el solista, tanto por notas y velocidad, como por fraseo y musicalidad, así como colorista, efectista y grandiosa en la parte orquestal.
Symphony – Concerto (David Johnstone)
El objetivo principal del compositor ha sido producir una importante adición al repertorio del solista de txistu, tanto en la dificultad de la escritura como en la estructura sinfónica, en una obra en la que el solista puede competir como igual con la orquesta en una creación musical que muestra transformación sinfónica y desarrollo orgánico, de ahí su título. El trabajo es innegablemente espiritual pero no claramente ‘religioso’, no al menos en un sentido tradicional.
El primer movimiento comienza como una ‘Oración’, ambientación de película romántica, con una parte de solista a veces cantabile y a veces más declamatoria; sin embargo, el acompañamiento orquestal inserta cada vez más la tensión que se vuelca desesperada y abatida la parte de solista.
Cuando entramos en el segundo momento, la orquesta ‘abandona’ al solista por completo, que tiene que encontrar su propio camino en forma de una larga cadencia. Sin descanso, Johnstone lanza el tercer movimiento rápido, titulado ‘Liberación’, un allegro bastante agresivo en las cuerdas. Más tarde el solista domina en gran medida la mayor parte de los procedimientos en la sección de desarrollo; hay momentos de alta propulsión, una gran mezcla de tensión y relajación, una cadencia sutil pero enérgica del solista y los solistas de sección de la orquesta de cuerda, y una coda gloriosa y triunfante para llevar la obra a un emocionante final brillante.
La dedicatoria es para Félix Palomero ‘por creer en mí’, en palabras del compositor.